Darme cuenta que mi Ángel busca pareja me ha alegrado la vida, el corazón, me han dado ganas de vivir, de cambiar, de conquistarla, de enamorarla, de formar una familia, de ser un buen padre, de envejecer a su lado y de SER FELIZ por primera vez en mi vida.

Tarazaré un plan para conquistarla, lo primero que voy a hacer es darme de alta en Meetic y averiguar qué tipo de hombre busca, cuáles son sus gustos, sus preferencias, sus hobbies, si le gusta viajar, ir al gimnasio, la moda o la playa y me voy a convertir en su hombre ideal, voy a construir al hombre que la enamore, no se va a poder resistir…

Por fin tengo algo en la vida que me motive.

Me siento bien, me siento vivo, llevo toda la vida perdiendo el tiempo, quiero hacer muchas cosas quiero vivir, quiero sentir, quiero salir, quiero estar con ella.

Encendí mi viejo PC y averigüé qué demonios era eso de Meetic, me registré por supuesto con nombre falso y puse la foto de un hombre de unos 40 años, ni muy guapo ni muy feo. Lo justo para no llamar la atención, sería mi alter-ego para recabar información.

Todo era inventado, yo era universitario, interesado en mujeres de entre 30 y 50 años (puse una horquilla grande para acertar con su edad), deportista, interesado en cine, música y amante de la gastronomía. Pensé que acertaría.

El problema me vino cuando no sabía cómo encontrarla, busque en mi ciudad y me aparecieron cientos de mujeres maduritas, había de todos los colores, gordas, flacas, feas, guapas, negras, chinas, de todo, todas ellas posando para gustar, me pareció horrible, como un mercado de guarras buscando macho… que puto asco…
Pasé cerca de 1 hora visionando perfiles de mujeres y ninguna era el de ella… mientras tanto me iban llegando solicitudes de mujeres desesperadas que buscaban pareja.

Joder, pensé estas están peor que yo…

La cuestión es que mi Ángel no apareció por la pantalla. Me vine un poco abajo y para no ponerme nervioso, puse la tele, puse un programa de esos de mierda que te absorben el cerebro y te hacen olvidar todo lo que estabas pensando.

Cuando llegó mi hora fui al Niza.

Al entrar volví a saludar a Andrés que ya se lo esperaba y que además de saludarme me sonrió. Confieso que me gustó.

La tarde transcurrió como de costumbre, mi Ángel no vino, no tendría cita hoy, toda la fauna del Niza seguía ahí, intenté ser un poco amable con todos ellos pero he de decir que no lo conseguí. Son una panda de perdedores, borrachos, ludópatas y gilipollas y yo ahora mismo tenía que estar en otra fase, con otros pensamientos y otras personas.

Una vez en casa pensé que era un error, que para enamorar a mi Ángel debía cambiar como persona, que nunca se enamoraría de la persona que soy hoy y que a partir de mañana empezaría mi cambio REAL