7. Raquel y los niños
A las 17h00 en punto estaba en la puerta del colegio, en doble fila como de costumbre, era jueves e Inés tenía clase de ballet, Nachete, al que ya debería llamar Nacho iba en metro hasta casa.
Inés subió al coche quejándose porque no le había traído el croissant de chocolate que le solía traer todos los martes de Paul, se me había olvidado y con las prisas tampoco tuve tiempo… Ya te compraré algo al lado de la academia de baile, le dije, Inés me puso morros, pero por suerte para mi, se le pasó enseguida.
A las 17h45 ya estaba Inés con su tutú rosa en la sala, la verdad es que el baile había sido más una cosa mía que de ella, hacia ya 3 años que daba clases y no se quejaba. Me quedé esperándola e imaginándome a mi misma a su edad bailando.
A las 19h00 ya estábamos en el Mini de vuelta a casa, Inés se había peleado con Laura, nada grave. Al llegar a casa lo de cada noche, Nachete estaba encerrado en su habitación con su ordenador y la música demasiado alta.
Me puse a hacer la cena, llamó Jose Ignacio diciendo que no vendría a cenar, que le había salido una cena de trabajo con un cliente y que llegaría tarde.
Cenamos frente a la tele los tres, no hablamos mucho durante la cena, Inés se puso el pijama y tras la cena Nachete subió otra vez a su habitación, creo que chatea cada noche con su novia, una tal Julia.
Subí con Inés a su cuarto, se lavó los dientes, le leí un cuento y me dio un fuerte beso, Inés es un encanto.
Yo también me puse el camisón, me desmaquillé y me puse la crema de noche, le di un beso a Nachete y me acosté en mi cama me puse la televisión, vi un ratito las noticias, y caí rendida.
No sé a qué hora llego Jose Ignacio a casa, pero al día siguiente ahí estaba.